Sarita, mi hija, la rescató hace un mes de la calle. Sarita estaba en los jardines de nuestro condominio cuando vio a los guardias persiguiendo a una perrita, con palos. La pobre se refugió entre las piernas de Sarita. Mi hija encaró a los guardias y los mandó a volar. En casa se nos habían quedado algunas cosas de Lissa: su plato para comer y tomar agua, y un hueso de carnaza que le había traído de regalo pero que ya no le alcancé a dar. Esa tarde Ramona se dio un festín. Sarita se dio cuenta que traía el lomo con heridas abiertas --señales de que había sido el blanco continuo de palos y colmillos. Traía una oreja cortada. Y mucha hambre. Esa noche se quedó con nosotros y nos hizo sentir que éramos gente valiosa para ella. La llevamos al albergue de nuestra veterinaria, para que la despulgaran, vacunaran y limpiaran. Estas son las fotos de Ramona un mes después de cuidados y compañía cariñosa. No la podemos tener en casa pero Ramona está urgida de un hogar, de gente que la quiera y que la acepte, de gente que sepa recibir el cariño y compañía de un perro. Sarita le está buscando ese hogar pero aún no se lo hemos encontrado. Si tú sabes de alguien que puede aceptar a Ramona, por favor, avísame.
Nos dicen que puede tener 8 meses.
Por cierto: Ramona no perdió la oreja.
Interesados madnar un mail a: jaimealjure@gmail.com
Saludos
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