jueves, 2 de septiembre de 2010

pequeño cocker prisionero en el aeropuerto!!!!

El pasado martes 17, en teoría, Manolo, un amigable cocker, bebía emprender el viaje a México por Delta Air Line, procedente de Atlanta, USA; y digo en teoría, porque los dueños de Manolo recibieron un aviso de Delta informándoles que debido a “algunos problemas” Manolo viajaría hasta el siguiente día. Ahí comenzó el viacrucis de Manolo, teniendo que esperar las primeras 24 hrs. en alguna bodega de USA. Error humano que Manolo, el pequeño cocker, tendría que pagar.

Delta Air Lines se ha distinguido por graves errores de que tienen que ver con la transportación de animales de compañía que ingresan a México. Con Manolo, no ha sido la excepción.
Delta Air Lines, en México, ha declarado en repetidas ocasiones que muchos de lo que origina estos problemas se debe a que Delta Air Lines, en USA, NO informan debidamente a los usuarios que viajan con animales, acerca de las opciones y condiciones de viajar con animales y de los requisitos para que puedan ser recibidos y liberados en nuestro país. Error humano que Manolo, el pequeño cocker, tendría que pagar.

Generalmente, las líneas aéreas tratan a los animales como simples objetos (y no asesoran a los dueños de que pueden viajar bajo el rubro de MASCOTAS), teniendo que viajar éstos como “equipaje” y en el compartimento de carga de los aviones. Ante este escenario, cuando llegan a México, se requiere de un Agente Aduanal que autorice su liberación… y es aquí donde el viacrucis, para muchos, comienza.

Mauricio, el dueño del pequeño cocker Manolo, sin previa experiencia de viajar con animales de compañía, lo supo muy tarde… Y el precio de su “pecaminosa” ignorancia le ha sido muy caro: Manolo, el pequeño cocker, Su mejor amigo (y el de sus dos pequeños hijos) permanece en la jaula que le transportara, dentro de alguna bodega de la aduana del aeropuerto de la Cd. de México, ¡desde hace una semana!.

Quienes hemos tenido la fortuna de tener un cocker como compañero sabernos las bondades de su carácter dócil y bonachón. ¡El daño psicológico que actualmente debe estar sufriendo Manolo, el pequeño cocker, donde que se niega a probar bocado. Ha pasado de la tristeza y frustración del “abandono” y comienza a mostrarse hostil ante aquellos extraños demonios disfrazados de empleados federales cuando, como objeto, pretenden manipularle. Negándole todo posible contacto con el exterior. Negándole también la visita de sus dueños, el mejor antidepresivo que le permitiera a Manolo, el pequeño cocker, retomar fuerzas y ánimos para proseguir Su viacrucis.

Los responsables de Manolo, el pequeño cocker prisionero, han cumplido (y siguen cumpliendo) cabalmente con todos los requisitos y “papeleo” que, desde que planearan el viaje de Manolo, la línea aérea y autoridades federales les han exigido.
En tiempo y forma entregaron a BRYAN WILLIAMS, empleado de Delta Air Lines en USA, originales de:
· El Historial Clínico expedido por un MVZ en USA.
· Certificado expedido por el Departamento de Agricultura de USA
Conservando copia fiel de los mismos. Delta Air Lines extravía dichos originales en el proceso y envía a México solo copia de los mismos. Craso error humano que Manolo, el pequeño cocker, tendría que pagar.

Aquí en México, para SAGARPA no hay pero que valga. Tajante e inflexible dictamina que SOLO entregara a Manolo a cambio de los documentos originales. Los dueños de Manolo le muestran copias fieles de los documentos que estravio Delta Air Lines; se acatan las nuevas instrucciones, se realizan nuevos tramites y nuevos pagos, pero todo es inútil… el dedo pulgar inquisidor de SAGARPA sigue apuntando hacia el suelo. ¡Échenlo a los leones!

Celoso de su deber, SAGARPA se niega a entregar al cocker Manolo. (¿Por que no será igual de estricto cuando se trata de otorgar permisos para poseer leones como mascotas en el DF, por ejemplo?). Me voy a permitir hacer otro interesante paréntesis: Hace unas semanas, mientras permanecíamos en una estética canina, se acerco un hombre quien dijo trabajar en las aduanas del aeropuerto. Nos ofrecía unas transportadoras, (de diferentes tamaños y aunque, según el, eran de segunda mano, estaban en excelentes condiciones), a cambio de una “módica” cantidad. Al cuestionarle el origen de las mismas, tan fresco como la lechuga nos respondió: Son de TODOS los animales que diariamente mueren en la aduana del aeropuerto, al no haber podido ser reclamados por sus dueños. Fin de mi paréntesis.

Conclusion: Todos los dias seres SINTIENTES E INOCENTES padecen y mueren por culpa de nuestra estúpida burocracia. ¿Indignante, no? Y más sabiendo que mientras escribimos estas líneas, Manolo, el pequeño cocker (y sabe Dios cuantos mas) se consume impotente, alejado del cariño y protección de sus amorosa familia. Alejados de la protección de una ley. Alejados. Sobreviviendo al interior de una jaula, en una fría bodega, y permaneciendo en el olvido y la indiferencia de autoridades y gobernantes.

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